Adriana Duque

Gustavo Toro
2018
Robert Mapplethorpe
2018


Artista colombiana, nació en Manizalez en 1968 y obtuvo el título de maestra en artes plásticas en la Universidad de Caldas de la misma ciudad.

En 2001 realizó un curso de especialización en fotografía digital en el Instituto Grisart de Barcelona. Desde 1996 ha participado en muestras colectivas que incluyen certámenes artísticos como el Salón de Arte Joven de Bogotá y el Salón Nacional de Artistas Colombianos. Ha formado parte de proyectos de curaduría como “Topologías: materias en tránsito”, expuesto en la Casa de la Moneda, en Bogotá, e “In other words”, en el centro de estudios curatoriales de Bard College en Nueva York, ambas en 2006. Además de exhibirse en Colombia y Estados Unidos, su obra también ha sido expuesta en República Dominicana y Taiwán. Sus muestras individuales se han presentado en el Museo de Arte Moderno de Medellín, la Valenzuela y Klenner Galería y la Alianza Colombo Francesa, ambas en Bogotá. Entre las distinciones que ha recibido se encuentra el primer premio en el Salón Regional de Artistas, realizado en Pereira 2003, y una mención de honor en la IV bienal del Caribe, realizada en Santo Domingo en 2001.

Acerca de la obra

En sus imágenes es frecuente la contraposición entre los cuentos de hadas, ajenos a unas condiciones concretas en términos de tiempo y lugar, y las experiencias socioculturales de la vida rural colombiana, marcadas por dichas condiciones. El papel que los relatos de hadas han desempeñado en la estructuración de la fantasía en Occidente es innegable. Nuestros temores y anhelos pasan por allí. Incluso se ha llegado a plantear que los juguetes y los cuentos de hadas funcionan en la infancia como una matriz de la experiencia artística. En ese orden de ideas, la apropiación cultural de que son capaces los niños y las niñas a través de esas estructuras depende enteramente de situaciones imaginarias que demandan el uso de la fantasía. Sin embargo, cuando ellas y ellos crecen, se enfrentan a prácticas como el arte y la literatura, que se articulan y delinean sobre los mismos principios, pero cuya apropiación no deja residuos tan satisfactorios.

Adriana Duque realiza fotografías que evidencian el corte entre la identificación imaginaria, propiciada por los personajes de los cuentos de hadas, resultante de la intromisión de contextos culturales específicos. La información que se desprende de esta proximidad sirve de base para medir la distancia que separa a un sujeto del objeto de su fantasía. Lo anómalo de las imágenes resultantes emerge en gran medida por la discontinuidad entre los exteriores e interiores de los lugares en que se insertan los personajes, algo que nos lleva a pensar que es la realidad convencional lo que no encaja dentro de ellas.

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