Kelly Wrage

Helen Sear
2012
Lizette Abraham
2012

American Dreaming

 

Siempre me he sentido atraída por casas viejas. Hay algo en la decoración que habla a mi deseo de crear un pasado feliz y saludable para sustituir los momentos en mi vida que no han sido ni felices, ni sanos. Desde temprana edad empecé a desarrollar las nociones de cómo debe ser un buen hogar. Estas nociones probablemente vinieron de viejos programas de televisión, espectáculos, películas, y anuncios que promueven o venden el Sueño Americano. Aunque en última instancia, las fantasías eran aproximaciones a la vida feliz y estable que he anhelado.

Estas razones pueden ser de carácter personal para mí, sin embargo no estoy sola en mi deseo de estar en contacto con estos trozos de vida, hogar y feminidad de épocas pasadas. Hay una tendencia aquí en los EE.UU. por comprar casas antiguas y mantener algunas de sus características, como los muebles antiguos y la decoración de la época.

Esta tendencia incluso la vemos en la moda femenina, con prendas de vestir y tejidos de estilo vintage. No puedo evitar preguntarme por qué nosotras, como mujeres, nos sentimos atraídas por éstas épocas que no eran particularmente amable con nosotras. En el pasado se esperaba que permaneciéramos en la casa, la limpiáramos, cuidáramos de los niños y pusiéramos las necesidades del marido por sobre las nuestras -la antítesis de la fuerte, moderna, asertiva, mujer-.

Ya que no puedo vivir en una casa donde cada habitación es una escena vista en una época pasada que me gustaría experimentar, e incluso jugar, he creado muñecas pequeñas, habitaciones que pueden interactuar con los de algún modo imaginario o de ensueño.

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